La Pilarense: Involucrarse es el primer paso
Los jóvenes activistas organizan campañas y recolectan datos, apuntando a llegar al escenario político con acciones concretas. Sostienen que los comercios son centrales en la toma de decisiones, y que la batalla política también debe darse en la juventud.
Por Melina Barragan
Cada ráfaga de viento levantaba polvo de las baldosas de la peatonal del Pilar. Los carteles despintados y los precios marcados de los estrechos kioscos, zapaterías y casas de ropa se agrupaban de un extremo al otro en la calle Rivadavia. Una guitarra sonaba a lo lejos, varios cables de luz cubrían el cielo y apenas se visualizaban entre la multitud a los jóvenes censistas de entre 19 y 21 años que entraban y salían de los comercios.
Algunos locales rechazaban rápidamente la oferta argumentando que estaban ocupados. Otros, movidos por el pretexto de que se trataba de una tarea de universitarios, accedían a responder. Los grupos se organizaban de a tres personas, para no abrumar en cantidad, y uno de ellos sostenía las fotocopias con preguntas sobre empleo joven.
“Somos vecinos autoconvocados. Nada más legitimado y validable”, postulaba Felipe Montes de Oca, jefe de campaña de La Pilarense y de la Coalición Cívica Pilar. Lo acompañaban dos estudiantes de primer año de Ciencias Políticas.
– ¿Creés que la situación comercial mejorará o empeorará de cara a fin de año?–, comenzó preguntando uno de los censistas.
– ¡Uh, empeora de acá a la china!–, varios se rieron.
– ¿Y la cantidad de empleados, creés que se va a mantener o va a disminuir?
– ¡Se va a disminuir de acá a la china también eso! –, nadie pudo contener las carcajadas.
– Me encanta porque vos sos honesta–, afirmó Felipe entre risas.
– ¡Es el país! No nos aumentan nada, nos disminuyen los sueldos. Hay muchos que renuncian directamente.
“En estos casos, ayudaste a un comerciante a que se pudiera desahogar y a sentirse escuchado. Porque nadie lo hace, pero después le cobran los impuestos. Entonces, cuando se funde, es problema de él, cuando en realidad es un problema global”, analizó Juan Moya, militante de La Pilarense, una vez que estaban todos reunidos en la peatonal y compartían cómo ya habían cubierto gran parte de Pilar centro.
Matías Yofe, líder de la agrupación que fundó en el 2019 que ya integran más de 50 militantes activos, se encontraba en el centro. Sus compañeros lo percibían como “el aire de recambio que necesita la política”, y lo definían como “valiente, líder y buena persona”. En una mano, sostenía una bolsa de tela con productos, y en la otra, el cochecito azul donde estaba sentado su hijo, Bautista, con un gorro de lana y varios abrigos.
“En La Pilarense realizamos varios censos: de seguridad, de ventas, de empleo joven, entre otros. Cada quince días tratamos de dejar uno en agenda. Luego, en base a eso, armamos un informe con propuestas y acciones concretas que se presentan en la municipalidad”, contaba Santiago Álvarez, presidente de la Pilarense. “También nos sirve para que, al momento de gobernar, conocer la situación de los comercios y vecinos de Pilar y responder efectivamente a sus problemas”.
Además, argumentaron que los jóvenes no contaban con cargos de autoridad ni de decisión, cuando eran ellos quienes mañana gobernarían el país. “La idea es que cada vez más jóvenes se sumen a dar la batalla cultural con nosotros, y que tomen espacio en las decisiones de poder”, apuntó Eitán Sinkewicius, jefe de comunicación de la agrupación.
“Las estructuras tradicionales de los partidos están totalmente agotadas. Hoy nadie se va a afiliar al PJ, a la UCR, porque es una estructura burocrática que termina siendo corrupta. En cambio, la gente hoy sigue banderas, causas”, agregó Felipe.
“La política no se hace en twitter ni en redes sociales. Si yo me quejo, tengo que tomar acción sobre eso. Si la cuestión es la inseguridad, tengo que reclamar para que haya mejor iluminación, o más patrulleros. Involucrarse es el primer paso para quejarse con razón y con sentido. Todos los jóvenes que hoy se están yendo del país deberían darse la oportunidad de luchar, en vez de agarrar, sacarse un pasaje e irse sin dar la batalla”, concluyó Juan, finalizado el censo, mientras subía las escaleras hacia a las oficinas en remodelación, donde se encontraban su compañeros reunidos.
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